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ANPA O PIÑEIRO - Do C.E.I.P O Piñeiriño

De galletas y entrevistas en el colegio de O Piñeiriño

De galletas y entrevistas en el colegio de O Piñeiriño

En estos tiempos de comparecencias en televisiones de plasma y ruedas de prensa sin preguntas se plantó ayer Manuel Rey en el colegio de O Piñeiriño y dio una lección. El protagonista del cortometraje Idiotas se sentó frente a medio centenar de alumnos de quinto dispuesto a responder a todo lo que le preguntaron, que fue mucho y variado. El resultado se podrá leer en la revista que el centro edita cada año con motivo del Día das Letras Galegas, así que no reventaremos lo que allí sucedió, pero algo contaremos, por supuesto

 El libro de la «pedra de abalar»

A Manuel lo presentaron Pablo y Alba y él contó, por ejemplo, que tiene 35 años, que vive en Moraña y que quiere hacer un libro sobre la pedra de abalar. Y después, a preguntas de los chavales desgranó algunas de las anécdotas que dejó el rodaje de Idiotas, donde compartió protagonismo con la perra Lúa. Habló de los bocadillos de chocolate que se zampó durante el rodaje y de que las escenas siempre salían a la primera.

En la cocina

Y mientras Manuel respondía a los chavales de quinto, cuatro de sus compañeros de Con Eles enseñaban a los niños de tres años cómo preparar unas galletas riquísimas. Dani, Fátima, Gloria e Isolde mezclaron los ingredientes para preparar una masa que después estiraron con los rodillos correspondientes. Si a la hora de amasar, Fátima, Gloria e Isolde parecían tener más maña, Dani fue el rey del rodillo sin duda. Todo ello bajo la supervisión de su profe Loli. Entre todos consiguieron que las galletas fueron del agrado de los chavales y que, una vez que estuvieran listas, acabaran convenientemente despachadas. Sobraron solo dos, al parecer.

Los ojos como platos

Fueron los alumnos de las profes Cris y Mati los que ejercieron su labor de pinches de cocina de Dani, Fátima, Gloria e Isolda. Estirar la masa y cortarla con los moldes fue lo que más les gustó, pero no perdieron ripio durante el proceso y tuvieron los ojos como platos.

Fuente: La Voz de Galicia

 

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